martes, 6 de octubre de 2020

Sigues viviendo en mí

 

A ti, que sigues viviendo en mi memoria, en mi sangre y en mi pecho, que sigues recorriendo mis pensamientos y susurrando en una voz desconocida, que aún existes en mi vida. 

Sigues viviendo en mí꧂


Sigo encontrándote en mi corazón, sigo encontrando el cariño que habita en mi alma y el infinito amor que mora en el recuerdo que me deja tu ausencia constante, estás en todas partes, estás en el aire que respiro, en el agua que bebo y aquella que me recorre cuando me hundo en la quebrada, estás en las nubes y en el sol, en el rocío mañanero y en los paisajes llenos de verde que me rodean, estás aquí.

No puedo verte ni tocarte, no te alcanzo y no te escucho, sin embargo estás aquí, te encuentras en mis pasos, en mi risa y en mis lágrimas, te encuentras en mi melancolía y también en mi día a día, te encuentras en lo que se marca como bondad y aquello que me rememora la crueldad, estás en mis desventuras y también en mis aciertos, estás en todo aquello que no puedo negar y lo que nada ni nadie puede borrar.

Cierro mis ojos y me hundo en la inmensidad inexplorada del agua, me dejo llevar sin respirar y tu imagen está ahí, el sonido de tu voz, la cual ya no recuerdo, parece vivir en alguna parte de mi consciencia y todo aquello que un día pronunciaron tus labios, aun vive en mi memoria, por encima de mis deseos. ¿Cómo borro tu egoísmo de mi alma, cómo demando a mi corazón que no te ame? Fue hace poco que sufrí y lloré, fue hace nada que sentí morir por mi amor no correspondido y por la cantidad de mentiras que tus labios pronunciaban, como tu latir mismo demandaba, fue hace tan sólo meses, hace tan sólo un suspiro que maldije tu abandono y tu falta de sensibilidad, y aún ahora late mi alma por amor a un recuerdo carente de verdad.

Dijiste mil veces que debía quedarme sola, luego de hacerme sufrir hasta odiar mi vivir, repetiste y aún repites que sólo podré sufrir si decido amar y me hace gracia tu poca sinceridad, pues fuiste quien más daño me ha hecho y en el fondo ambos sabemos, que sólo quieres mi soledad para reclamarme cuando estés cansado, cuando tu alma vagabunda y tu mente confusa, encuentre en mi corazón el hogar que jamás se le negó y tenga paz para descansar y crecer junto a mi ser ¿por qué gozas de tanto egoísmo, después de abandonarme sin mirar atrás?

Sigues viviendo en mí y sé que si el destino me quiere un poco, vivo en tus días, en los recuerdos de las sombras que te rodean y en los trozos de alma que te llenan, sé que aún vivo en tu mente y en el fondo del marchito hueco que llevas en el pecho por corazón, que soy la luz que guardas dentro, eres un verdugo indiferente que no tolera que aquello que hizo sangrar, sangre en nombre de otro ser carente, pero dime ¿Cómo contradecir mi alma, si ella siente que te pertenece? Que te ama sin merecerlo, que te extraña sin decirlo, que te lleva en cada trozo de su ser, esperando hasta que regreses o perecer sin ti.

Aran Nilo


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