sábado, 23 de marzo de 2024

Baúl de dolor

 


Sacado directamente del baúl olvidado de mis escritos, con unos cuantos meses de haberse escrito. No te preocupes, querido lector, mi alma ya no está tan rota como el día que escribí estas líneas, pero al releerlas no puedo evitar pensar que es una pena no sacarlas a la luz, al final siempre he hecho esto, sacar mi dolor y convertirlo en versos que puedan conmover tu corazón.



Baúl de dolor

No sé por dónde empezar, te miro y ya no sé respirar. ¿Dónde estás? Es tan difícil poderte alcanzar. Me hace falta la calidez que sentir tu amor me podía dar, aún logro cerrar los ojos y recordar tus palabras con amor, engañarme por un momento y pensar que me elegías de verdad. Es tan asfixiante la verdad, reconocerme como la villana me roba la voluntad, entender que todo lo malo que me ocurre es solo la cosecha del daño que te hice, incluso te he negado la oportunidad de odiarme por lo que hiciste.

Me falta el aire, quizás porque aún te defino como tal y tu ausencia me roba incluso esa capacidad, la básica capacidad de respirar. Se ha vuelto recurrente la sensación, esta que me oprime los pulmones y me hace hiperventilar, la sensación de ahogo que me produce pensarte, anhelarte, asumir que no vendrás. No vienes porque ya no estás, no estás en ningún lugar, el hombre que amo no está, nunca podré recuperarlo, lo he perdido para siempre y siempre es demasiado tiempo.

Vivir siempre ha tenido cierto toque de tortura, pero admito que se vuelve insoportable entre más dura. ¿Cuántos siglos más he de sentir que me muero entre más vivo? Muero de todo lo que me aflige, muero de todo lo que me hiere, muero de todo lo que no entiendo y de cada prueba que me deprime, muriendo de la vida, muero por no tenerte.

¿Cómo asumes que a quién amaste toda una vida nunca te amará, que nunca podrás verle, sentirle, llenarle, que aunque le des el mundo, nunca podrá amarte? Porque no estás, porque persigo la sombra que se parece a ti, con la ingenua esperanza de que te vuelvas tú, de que te apoderes del empaque que tan idéntico es a ti, pero que nunca serás tú. Una parte de mí asume que deberé seguir ahogándome porque no estás aquí, porque nunca volveré a sentir el amor que tanto deseé para mí… ¿Por qué te fuiste de aquí? Ya sé la respuesta, sólo déjame creer que no fue por mí.

Debería hablar del ahora, pero no quiero asumirlo aún, debería hablar de lo que está mal en mí, pero prefiero negarlo y hacer que nada pasó aquí… Quizás no vuelves porque ya no quieres estar aquí y yo desperdicio mi tiempo mientras alguien quiere quedarse junto a mí.

No quiero, no lo quiero aunque lo intente, no puedo aunque lo desee, sólo existe un ser humano a quien mi alma le pertenece y por quien mi corazón se desenvuelve, pero ese ser humano me debe despreciar, repudiar, incluso pensar que soy algo asqueroso o contagioso… Qué benevolente sería el olvido o la muerte, qué bien recibidos serían ambos, si curasen mis sufrimientos.

Me siento condenada, pero nadie entiende cuán grande es mi condena y yo, que he elegido todos los elementos que me llevaron a dicha condena, quisiera poder remediarlo de alguna forma, aunque ya no por el anhelo de la persona que perdí, sino simplemente para no cargar tanto dolor y tantas cosas que no puedo entender ni definir.


Aran Nilo


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lunes, 4 de marzo de 2024

Aprendizaje del amor

 

Cuando mis reflexiones interminables me invaden, cuando la comprensión del tiempo y el dolor se vuelven paz en mi corazón.

Aprendizaje del amor



He de admitirte, querido lector, que no recuerdo ya cuántas veces he escrito sobre esta parte de mi vida y también, confesar, que no sé si existirá el día en que deje de hacerlo. Por el año 2018, después de que me gradué de la universidad, lo conocí. La forma en que fue, es tan extraña y tonta que a veces considero una locura, la manera en que parecía que no podía mirar otra cosa que no fuese a él. Amarlo fue una revolución, llegó y destrozó todo lo que conocía, me golpeó con fuerza y derrumbó cada muro, cada creencia que podía tener, recordar esa época es tan alegre, que salta a mí la melancolía, qué manera de cegarme, qué brillo y qué luz, qué fuerza y qué adictivo podía ser.

Yo creía ciegamente que mi vida ya estaba escrita antes de conocerle, que me casaría con la misma persona que llevaba conociendo hacía 4 años, que nadie podría amarme y que yo no sería capaz de enamorarme, me había resignado a la promesa de un futuro mejor, por el miedo a arriesgarme a cambiar mi perspectiva.

Entonces, él entró sin permiso, se adueñó de todo, no dejó un espacio libre para nada que no fuese él, su voz, sus ojos, su forma de ser, todo era tan maravilloso, todo era tan fuerte, tan dulce, tan especial, pensé y supe con certeza más tarde, que nunca antes había estado enamorada hasta conocerlo. De todo lo que se escribe del amor, de todo lo que se dice de ese sentimiento, te puedo asegurar que lo más cierto, es que es arrasador, destruye y edifica, rompe los moldes, al inicio parece ser todo lo que soñabas y con el paso del tiempo, te enseña cómo puedes amar hasta aquello que solías odiar.

Días como estos caigo en lo profundo de mi memoria, encuentro alguna conversación de cuando le conocí, alguna cosa guardada por ahí y mis lágrimas se apoderan de mí, mi corazón se impacienta y todo lo que soy lo empieza a buscar, a llamar en mi mente, a anhelar, ¿cómo no hacerlo, si era el amor de mi vida? Con el paso del tiempo entendí muchas cosas que en su momento no pude comprender, tuvieron que pasar años, concretamente 6, para aceptar todo lo que fue, lo que no es y lo que quizás no podrá ser jamás.

Nunca pensé que realmente una persona marcase tu alma de la manera en la que él lo hizo, hasta sus mayores defectos se volvieron encantadores a mis ojos, no sólo me trajo dicha, amor, dolor y tristeza, me trajo valentía, fuerza, determinación, me trajo conocimientos y fortuna.

Yo no supe obrar correctamente, por miedo a soltar la vida que tenía, las certezas que en ese momento eran tan monótonas, pero, certezas, al fin y al cabo. Me asustó tanto saltar al vacío, me daba terror que no hubiese nada, nada allá abajo. En realidad, ambos nos equivocamos, en realidad nos mentimos, nos engañamos, con el paso del tiempo, en algún lapso que no tengo completamente claro, nos perdimos, yo lo perdí primero, pero estaba tan locamente enamorada que no podía verlo, mucho menos aceptarlo, no podía soltarlo, quería tenerlo, poseerlo, ser su todo, su universo, ser todo lo que sus ojos pudieran ver, ser su inspiración y su fortaleza, quería ser su hoguera y su mayor sueño, me volví posesiva, loca, endemoniadamente loca.

Su corazón cambió, o quizás él se fue, aún no logro entenderlo, pero quien alguna vez fue él, dejó de ser hasta convertirse en una persona desconocida completamente para mí, tan diferente, tan áspero, tan lejano, tan duro como roca, tan frío como el ártico, al final, su corazón se fue y yo espero, que ese cuerpo, esos ojos, esa voz, esa piel, tan parecidas al amor de mi vida, pero que no son él, realmente encontraran el brillo y el amor que tanto merecía.

No te voy a mentir, siempre quise ser todo, siempre quise ser su luz y su verdad, su espada, su escudo, quise ser hasta la tierra que pisara, hasta el viento que acariciase su rostro, quise ser cada cosa que pudiera ver, tocar, tener, quise ser su definición de felicidad y paz, pero no lo pude ser. Tras tantos años, tras tantas caídas y mil desaciertos, sólo espero que lo tenga, que tenga luz, paz, amor, felicidad, que el corazón que lo cautivó, realmente ilumine su vida y tenga todo lo que merecía recibir, todo lo que fui incapaz de darle.

Cada vez que puedo, le envío mi amor en la distancia, le envío luz, le envío mis deseos más puros de que nunca mire atrás con arrepentimientos, de que su presente y su futuro sean tan grandes y deslumbrantes como deben ser. Él desapareció hace mucho tiempo, más del que podría asegurar, a veces me pregunto si mi amor creció con él o con lo que quedaba de él, si, al igual que una planta sobre el asfalto, mi amor creció sobre ese rudimentario ser en el que se convirtió poco a poco, pero nació en el dulce caballero que me deslumbró la primera vez.

Si él me viera en este momento, si el hombre que nunca pude soñar, quien decía las cosas más hermosas que pensé escuchar, me viese ahora, me diría que corra, sé que me diría que me fuese, que no mirase más atrás ni por un segundo, me diría que no vale la pena lo que quedó atrás y que lo que admiró siempre de mí es como no me detuvo nada de lo que me pasó, de lo que me pasa y de lo que me pasará, me diría que no me ciegue, aún si escucho su voz, aún si veo un rostro muy parecido a él, me diría que me fuera, me gritaría que sostendrá cada roca, me diría que nada, ni siquiera él, valen lo suficiente para seguir distrayéndome del futuro.

Él me consideraba valiente y fuerte, pero me trataba con más dulzura y calidez de la que nunca sentí, no importa de quién la pudiera recibir, nada ni nadie se compara a él, por eso, aún cuando todavía puedo llorar al extrañarlo, mi pecho siente calma casi de inmediato, mi mente me susurra, corre… No es momento de quedarse aquí, no hay nada que puedas buscar atrás que pueda cambiar lo que vendrá, no dejaste nada olvidado, si ya no está contigo es porque así debía ser.

Lo que debe ser, será, aún cuando te destroce hasta llorar, lo que es, es lo que debió ser desde el inicio y el hubiera nunca ha existido.

Si algo puedo agradecerle al ser en quien se convirtió mi gran amor, es todas las lecciones que me enseñó, aunque duro, aquello que se escribe sobre el dolor, se graba tan fuerte en tu corazón… 

Me enseñó a soltar, me enseñó a aceptar aquello que no podemos cambiar, me dio la lección sobre como todo no está ni estará bajo nuestro control, por mucho que miremos al cielo y le gritemos a Dios que de verdad, de verdad lo haremos mejor una vez más. 

Me enseñó, contra mi voluntad, que el tiempo es un maestro memorable, aunque no me guste esperar, que nada sana mejor como una dosis de tiempo y distancia. Él, que se parece tanto a quien fue mi vida, me enseñó que al final, dolorosamente al final, amar de verdad no es más que la crueldad de ser feliz con la felicidad del otro, aún más, si tú no eres esa felicidad, que su bienestar es amar y que amarlo de verdad, es amarte a ti mismo también, es no esperar, no imponerle sentir por ti algo que claramente no está en él, ni compararlo o medirlo con algo que ya nunca podrá ser.

Amarlo ha sido un luto constante, ha sido dejar de decir las cosas que quiero gritarle, ha sido dejar de correr, intentando que me mire como yo a él, ha sido soltarle, ha sido negarme, negarle, y aún, con lo difícil que pueda sonar, nada jamás será peor que intentar no amarle. 


Aran Nilo


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jueves, 4 de mayo de 2023

¿Cómo aborreces y amas al mismo tiempo la vida?

 

La desesperanza sin poemas, la confesión que me envenena, un grito silencioso en medio de tanta pena, una vergüenza escrita y una dignidad sin vida. 

Confesión y Pena


La vida se me destroza y esta vez es solo por mí, un clavo saca otro clavo y me he convertido en la puntilla de cada matiz. Me quema mi recuerdo y me vuelve una intensa dualidad, no hay hueco para nada ni nadie más, siendo ambas una sin más.

¿En qué momento me perdí? ¿Cuál de todos mis errores me alejaron de mí? ¿Cómo pude estar tan ciega y perder lo único que merecía la pena? Mis decisiones hoy pesan como profundas cadenas, me desgarran en mil pedazos y no encuentro hilos que me puedan, todo pesa, todo daña, todo derrota, todo supera ¿Por qué he perdido la fuerza? Me he preguntado durante lunas cuál ha sido mi error y lo cierto es que sería más fácil contar los aciertos sin tu luz. He perdido la única cosa que tenía de valor y ahora todo es un sinsentido del cual no quiero ni escribir.

Me he negado a mis propias letras porque nada me va a aliviar, el profundo dolor que me consume es mi condena y no queda nada más ¿Para qué seguir victimizándome intentando encontrarme? ¿Para qué seguir cuestionando el por qué de mis desgracias? Es mi existencia una desgracia en sí misma.

Me he roto el corazón, le he fallado a mi razón, he destruido mis sueños con un soplo de velas y es que no sé cuál de las luces fue la que toqué, qué botón, qué mala idea, qué tren tomé sin mirar atrás, lo único que sé es que no puedo dejarme de lamentar.

Esta no era la vida que deseaba vivir, no era en absoluto lo que aspiraba para mí, tampoco es que supiera exactamente qué haría de mí, pero ahora sólo sé que me borraría sin echar el tiempo atrás, me desharía de mi propia piel, del cuerpo que me atrapa, me siento ajena a mi propia carne y me ahoga seguir respirando cada día.

¿Cómo aborreces y amas al mismo tiempo la vida? ¿Cómo la añoras y la desprecias hasta la última gota de tu saliva? Vivir es doloroso y existir es desgastante, pero cómo quisiera poder hacerlo sin que me apretase cada parte del cuerpo, sin sentir que me duele cada fibra de mi corazón, que se me agota cada neurona, deseando el adiós.

Soy mi más grande decepción, el amor que me rompió en mil el corazón, soy quien me defraudó y me abandonó ¿Cómo me perdono por fallarme? ¿Cómo me perdono por no cuidarme? ¿Cómo perdono cada imprudencia que a conciencia tomé sin clemencia? ¿Cómo le grito a la que añoraba su inexistencia que estamos cerca de ella y ahora sólo queremos nuestra vida de vuelta? No quiero creer que me merezco cada pena, pero es cierto que elegí mis pasos sin darme de cuenta, sin siquiera recapacitar, sin detenerme a reflexionar.

Llené mi corazón con un sentimiento efímero que pronto se quedó sin voz, me hastié, me cansé, me desprecié, le desprecié y simplemente me alejé ¿A dónde vamos cuando no queremos despertar? El mundo de los sueños nos abandona para enfrentar la realidad, cada día cuesta más el despertar, pero sigo abriendo los ojos ¿Qué más me queda por esperar?

He perdido y he fallado, quiero perdonarme, me quiero amar, quiero hallarle sentido a mi vida y a la existencia de la que se me dotó, pero es tan difícil poder perdonarme y encontrarme en el amor, valorar cada cabello, cada centímetro de mi piel, cada lágrima tibia que resbala por redención. Me guardo un profundo rencor que me quema sin piedad, me desprecio de vez en cuando, cuando nadie lo puede notar, anhelo la muerte como la abeja la miel, me digo que puedo, pero no puedo ni respirar. No sé por dónde empezar a perdonar, no sé cómo volver a amarme sin recordar que fallé en todo lo que podía fallar, no sé de qué manera se mira al pasado y se le dice que he arruinado cada victoria sobre la muerte y me he resignado a rogarle que me lleve… ¿De qué forma remedio lo que no tiene solución? Los colores ya no existen y se me quiebra la voz, hay tanto desespero que se convierte en desesperanza, he perdido hasta lo que dicen que nunca se cansa.  

El único consuelo que le queda a mi existir, es que aún no se acaba el agua salada que me lloro por mí, es que aún quedan motivos para lamentarse hasta morir, pero esa no era la idea, cuando llegué hasta aquí.


Aran Nilo


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viernes, 23 de septiembre de 2022

Recuerdos y Cadenas

 


Para ti, que siempre acostumbras huir de mí, a ti y todo lo que rompes cuando te alejas de mí. Por cada vez que tienes razón, por todas las veces que tú eres el error.

Recuerdos y cadenas


Nunca entenderé como siempre puedo escribir de ti, como al tratarse de tu persona la vida parece fluir. No quiero, no quiero sentir, extrañarte, añorarte, saber que no estás aquí. Me hieres y amenazas, me gritas y te vas, me quedo alejada sin saber contestar ¿Correr otra vez detrás de ti? Sé que no te amo, pero tampoco sé que siento por ti, mas todo lo que eres me hace latir.


¿Piensas en mí? Porque existe tanto magnetismo en ti. Anhelo escucharte o saber que estás aquí, siempre prometes cuidarme y te alejas sin fin. Sé que seguramente encontrarás alguien nuevamente para ti, no quiero que me ames, solo quiero que vivas aquí, no quiero un pasado que me haga sufrir , tampoco un presente que me haga infeliz, no te elijo a ti, solo quisiera saber que podemos convivir. Eres mi enigma favorito quien jamás está de más, eres mi recuerdo más preciado, quién me hace sonreír.


¿Aún me recuerdas? Quiero creer que sí, que soy algo que atesoras en algún huequito de ti, algo que lamentas no tener junto a ti, pero cuando me gritas, sé que no es así. Tengo mil recuerdos oscuros que me diste cuando estabas aquí y una añoranza invencible de volver a ti, ¿Soy yo la masoquista? ¿Por qué tú no eres como los demás? Me estoy engañando a mí misma, soy feliz, pero se siente un vacío porque te fuiste de aquí.


Eterno desierto, dudas sin fe, en este día vuelves a nacer en mi piel, te añora mi corazón y suspiran mis labios tu adiós, espero que me sientas hasta en los susurros de tu voz. Deja de enfadarte y alejarte de aquí, deja de romperme el alma sin tu existir, ¿Acaso te gusta verme infeliz? Disfrutas dañando mis sentimientos por ti. 


Si es mi condena escribir por tu memoria, si sólo nacen mis versos por tu recuerdo, seguiré escribiendo mis letras para alcanzarte por estas cadenas.


Aran Nilo


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martes, 15 de marzo de 2022

Lírica y métrica: la meta de mis letras

 



 Dos composiciones contrarias que se complementan en rima y reflexión. Sentimientos y racionalidad, balanceados en mis dedos para ofrecerles una lectura que se puede cantar en la mente y sentirse en cada vertiente de emociones.

Lírica y métrica: la meta de mis letras


Antes admito que dolía, tantas expectativas perdidas, buscando recurrentes la esperanza de la vida. La decepción tiene por premisa la caricia de la ilusión, una burbuja vagabunda que detona en el corazón, arrasa sin gracia la fe en el amor y construye en cenizas un muro de dolor. Lo que nos hiere no es más que nuestra propia necedad, la constante irreverente de buscar en otros la verdad, rectitud y lealtad, un ser irreal.

No hemos de hallar de otros lo que en nosotros mismos no está, fortaleza inquebrantable, bondad implacable. Lo que me rompe siempre es mi expectativa defraudada, náufraga entre versos, inmersa en omisión. La misión del corazón es entregarnos sin pretensión, exponer a nuestro alrededor la esencia de nuestra clemencia, por inercia descuidados, por experiencia desconfiados.

Lo que debo entregar, para cuidar de mi obrar, es el equivalente exacto de lo que se me da, la generosidad acaba por mermar la capacidad innata de disfrutar. Ser abnegados nos deja rezagados irremediables a la infelicidad, nos quiebra las alas y nos deja agonizar, inmutable la vida continúa sin cambiar, es nuestra alma quien debe evolucionar.

Revolucionar mi mente y si mienten los demás, detrás de las sonrisas encontrar el disfraz, no esperes paciente que te den un lugar, somos fichas sobrantes en el tablero de alguien más. Resígnate herramienta a una vida sin tregua, alegra perseguir sin descanso cada nueva meta. No metas emociones en lo que únicamente lleva razones, los corazones se abonan a montones.

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No quiero que mi talento siempre aflore por tus desalientos, es cierto, tus fallas se convierten en mis aciertos. Adornas mi sonrisa con tu risa y se ilumina el dorado en mi mirada, perfecto oportunista, amo de las rimas, lo que me encanta de ti es lo mismo que me lastima. Minas con prisa y pronto me aterrizas, tanta generosidad siempre viene y contamina.

Puedes dar vida a mis verdes, pero siempre ahogas mi presente. Ya no se trata de ti, se trata de la parte que te mereces, del tú en mí que te pertenece. Reflexiono y flexiono mis propias leyes, siempre beneficio al condenado a muerte, retraso y modifico tus penas, juego a Dios y tú nunca te enteras. Entrelazas tu vida enredando la mía, soy susceptible a las pequeñas alegrías, no sé yo si lo imaginas, pero incluso tú puedes perder esta partida.

¿Quién está a la cabeza? ¿Qué cabeza es la que rueda? Me temo que a veces olvido que estamos en guerra, pequeñas treguas entre tus besos y mi lengua. Mis versos eternos te recuerdan, lo que diga mi cadera se contradice con mis cuerdas. No dejaremos de ser oposición perpetua, sempiterna batalla que reemplaza la Celaya por tus mantas.

Aran Nilo


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lunes, 27 de diciembre de 2021

Eres, y porque eres, soy yo

 

 Porque siempre eres mi inspiración, porque mereces que en prosa te enseñe mi corazón. A la infinita adicción que hace nacer estos versos, a la eterna pelea de mis sentimientos, al amor sin amor, al sentimiento sin emoción, a aquello que no deseo nombrar, que inspira mi alma sin par. 


꧁Eres, y porque eres, soy yo꧂


Eres el alimento de mi alma, el veneno de mi corazón. Eres la fuerza de mi voluntad, eres mi falta de dignidad. Eres la razón de que dance al filo del abismo, carente de fe, eres las alas que me elevan y el puñal que me hace caer. Eres todo lo bueno del mundo, todo lo malo de mí.

Eres el fuego ardiente que me hace enloquecer, eres el tempano helado que me congela hasta perecer. Eres todas mis esperanzas puestas en una sonrisa, la mayor de mis decepciones sin premisa. Eres el amor de mi vida, mi vida sin amor. Eres la infinita adicción que me abandonó.

Eres la melodía de tu voz, la embriagante sensación de tu amor. Eres posesión apasionante, abandono interminable. Eres el profundo cielo nocturno encendiendo mi galaxia, la preciosa supernova que arranca mis esperanzas.

Eres el deseo de que vuelva a suceder, el recuerdo de lo bajo que puedo caer. Eres la fuerza indomable que deseo poseer, la razón de mis despojos una y otra vez. Y es que, porque eres, yo dejé de ser. Eres el mar profundo que me inunda de sed, el rio dulce que deseo beber.

Eres mi eterna dualidad, una incógnita que no se resuelve jamás. Eres la constante intermitente entre la vida y la muerte. Eres el dulce paraíso perdido entre tus besos, el infierno dominante de tus versos. Eres el caos que desordena mis días, el orden donde encuentro una salida.

Eres la espera asfixiante que me colma de anhelo, eres el alivio que nunca es sincero. Eres la pieza que completa mi rompecabezas, eres el hombre que rompe mi cabeza. Eres la condena de mi corazón errante, eres la meta de mis ansias vacilantes. Eres el máximo que aspira mi ser, eres el mínimo que me hace doler.

Porque eres, yo dejé de ser, de ser inquebrantable y valiente ante tu piel, porque eres se desarma mi voz, se hacen versos de eterno amor. Porque eres, yo dejo de ser, fría e inalcanzable, indomable e inescrutable, porque eres yo soy, derritiéndome por tus besos y suplicando tu calor.

Eres el suceso que quiero borrar, eres la epifanía que no puedo negar. Eres aquel que no puedo rechazar, eres el dueño de la sangre y el corazón que la hace bombear. Eres la marca que se extiende por mi piel, eres la herida que se adentra en mi ser. Eres cada muro que oculta mi existir, eres la llave de las puertas que me llevan a ti.

Eres cada verso de prosa que invoca tu nombre, eres la ausencia de inspiración que me derrota. Eres un vicio que no puedo dejar, adicción destructiva que me hace marchitar. Eres cada día que no puedo olvidar, eres la marca indeleble de mi verdad.

Eres mi fortaleza ante la soledad, eres la cruda tristeza que me hace llorar. Eres el impulso que me lleva a continuar, eres el desanimo que me hace mermar. Eres la respuesta a cada pregunta, eres la pregunta sin ninguna respuesta. Eres la razón de que ame con pasión, eres la pasión que existe sin razón por el amor.


Aran Nilo


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domingo, 28 de noviembre de 2021

Dimitry Indestructible

 




꧁Dimitry - Indestructible꧂


Despojas con tus dedos los pétalos de cada flor, formulas las preguntas que no te responde el amor. Esperas paciente que el viento te de la razón, que un suspiro de perfume capte al fin tu atención. Dedicas una sonrisa a la dama que desfila ante ti, imaginas abrazarla y hacerla una parte de tu vivir ¿pero qué ocasionaría ello? Se te corta la respiración, tus alas atadas al suelo y tu amor siendo una prisión.

¿Qué sentido tiene despojarse de la libertad? El corazón amante es prisionero del fuego del amor y la promesa de lo eterno consume la energía y el valor, amar implica confianza y sabes que te pueden apuñalar ¿Por qué no lo harían? Todos ceden ante la mínima oportunidad, todos caen en algún momento y sus promesas se pierden en el tiempo.

¿Cómo puedes saber que no caerás también? Eres de carne y hueso y tus emociones corren al ritmo de unos cálidos besos, una miel más dulce o un mirar más misterioso, una cadera más ancha o una sonrisa menos sincera, te dejarás tentar sin poder evitarlo y sabiendo que si en ti no puedes confiar ¿Cómo te atreverías a poner tu corazón en unas manos que te puedan fallar?

Vives condenado en tus deseos y aferrado a tu soledad, no existe mayor elixir que sentir la libertad, cuán adictiva puede ser tu propia compañía, cuán odioso se siente pensar en dejar entrar a otros ¿Quién cuidará como tú? ¿Quién amará como tú? ¿Quién te asegura que el fallo no serás tú?

Altivo corazón, caballero sin amor. Tú que has trazado en tu alma una prisión y levantado frente a tus emociones mil muros de dolor ¿Quién podría penetrar tan dentro que llegara a tu verdadero ser? ¿Cómo saber si tras estos muros aún queda algo que querer? Has olvidado la esencia del amor, porque el amor te despojó de tu esperanza y tu valor, tomaste la espada y te insuflaste la traición, llenaste tus torrentes de dolor.

Batalla tras batalla tu piel se fortaleció, más aún lo hizo tu pecho que de golpe se cerró, perdiste las llaves del pasillo a tu corazón, en realidad todos sabemos que las derretiste en el fogón. Más victorias para tu alma y más calma para ese gran adiós, más paz en tu mente y más consuelo a tu dolor, poco a poco creciste sin dejar de avanzar, olvidando tan siquiera lo que habías dejado atrás.

El problema radica en que tu alma está prisionera, impregnada entre millones de barreras que custodian tu sentir, entre altos muros que no dejan escuchar, si aún queda un corazón que por alguien más pueda suspirar. No queda, no existe, te niegas a mirar, por más bellas que sean las doncellas ¿qué esconderán detrás? Hermosas sonrisas, preciosos cuerpos, sentimientos inefables y miradas sinceras ¿Acaso no recuerdas por qué acabaste tras las rejas?

No puedes confiar en los sentimientos que alguien te pueda despertar, no puedes confiar en las promesas del amor que te vayan a otorgar, puedes intentarlo por un segundo que al siguiente volverás a luchar, desenvainando la espada y lanzándote a batallar.


Aran Nilo


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sábado, 30 de octubre de 2021

Quiero ser...

 

꧁Quiero ser...꧂


Quiero ser la lujuria que posea tu boca, quién se muera si no tocas, quien suplique caricias errantes que inunden caderas de ardientes desastres. 

 

Quiero morirme en tus dedos y alcanzar el cielo si me pierdo, tocar a las puertas y gritar a los 4 vientos, que el paraíso se encuentra entre tus besos. 


Quiero sentir tus caricias marcando mi piel, corrientes ardientes que me lleven al placer, tus besos tibios rompiendo mis distancias, tu piel caliente adueñándose de mi alma.


Quiero tenerte tan dentro de mí, que olvides por dónde salir, que no exista escapatoria que frene de mí, la locura que me provocas sentir.


Quiero adueñarme de todos tus suspiros, que se pierdan en el fondo de mi boca, quiero hacerle el amor hasta tu aliento, comerme todo lo que tengas dentro. 


Quiero que tomes de mí, que bebas, que pruebes y vuelvas a repetir, que te envicie a la par que te vacíe, quiero recorrerte con mis labios por el resto de estos años. 


Aran Nilo


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domingo, 1 de agosto de 2021

Furia, Cólera e ira


A la rabia que siempre se adueña de mi corazón, a la voluntad ardiente que se consume en mi verdad, el error recurrente que logra siempre volverme a encontrar, a todas las veces que me he tragado mi equivocación.


꧁Furia, cólera e ira꧂


Estoy furiosa, colérica, enferma hasta la saciedad, harta, agotada, cansada de darte un lugar

Idiota, ignorante, deficiente, insuficiente como nadie más, inconsciente, indolente, sin sentido ni responsabilidad

Atada de manos y cerrando a voluntad mi garganta, comiéndome mis rabias y escupiéndote comprensión

Egoísta, falto de toda sensibilidad, carente de un corazón con el cual puedas amar, lleno de defectos hasta creerte digno de felicidad

Te miran mis ojos compasivos y se refleja en mis palabras el filo de tu abismo, aflora, florece, el odio nunca decrece

No existe cariño en ti para mí, no existe un ápice de aprecio en el infértil hueco de tu pecho, no existe más que un odio recurrente que toca mi puerta cuando hieres mis sentimientos

Indiferente y desentendido, siempre finges que las cosas no son contigo, desprendido de lo que provocas, un actor que siempre se equivoca

¿Acuchillarte a ti o a mi reflejo? Si al final de los dos, yo soy quien siempre recae en el mismo complejo, me fallo, me hundo, me pierdo, te entrego más de lo que mereces… Estar muerto

La rabia tiñe de rojo mi rostro y de morado mis uñas, la cólera inunda mi cuerpo de espasmos fríos y la furia infinita hace temblores en mi garganta, resquebrajando todas mis palabras

Me enfadas, me hieres, me enojas, me enfureces y te libras de mis rocas, me haces reír en medio de mi tormenta y aún más dolor se siente en el interior, donde aún sangran mis anécdotas

Desapareces a conveniencia y apareces cuando quieres, tomas y nunca dejas nada que me interese, soy paño de lágrimas y de risas, soy cojín de desfogue y saco de box, contengo tu rabia, tu frustración, tu dolor, tu pasión y tu lujuria, tus logros y emoción, pero nunca jamás un ápice de tu amor.

¿Cómo podría contener algo que nunca te habitó? No conoces sentimientos que no inunden a otros de dolor, sólo conoces los beneficios que te entregan a tu favor

Mi mayor pecado es ser ingenua y no poderte ofrecer más, no tengo una nacionalidad de primer mundo ni dinero que puedas despilfarrar, no tengo notas perfectas ni una brillante carrera, no conozco ni un 1% del mundo y jamás podría asegurarte a ojos cerrados brindarte un futuro

Tu elección por beneficio te llena lo suficiente para volverse tu vicio, tan sólo deseo que dejes de sacarme de quicio y abandones por fin mis beneficios, que te apartes de mí y no robes más, no tomes mi tiempo, mi cuerpo y mi verdad.


Aran Nilo


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miércoles, 7 de julio de 2021

Qué eres, qué soy

 


Inspirada en los sentimientos que surgen cuando pienso que están muertos, a la fuerza de los deseos que me impulsan a sentir y se mueren por ser escritos aunque nunca lleguen realmente a ti.  


꧁¿Qué eres, qué soy?꧂


Me sostienes antes de caer, me encuentras antes de que me pueda perder

¿Es que acaso posees una especie de sensor? ¿Cómo sabes cuando tiembla mi voz?

Tus ojos me dicen que todo estará bien y tu presencia me confirma que lo malo es cosa del ayer.


¿Debería volver a creer? Eres tan parte de mi ser que mi alma se niega a dudar y perderse de tu obrar.


Me pesan los sentimientos y quiero huir de aquí, apareces con una mirada serena y te sientas junto a mí, retiras el peso que desde un inicio nunca estuvo ahí, sonríes sereno y me haces feliz.


¿Qué esperas de mí? ¿Qué espera la vida conseguir de seguir así?

Odiarte me es imposible y adorarte es mi martirio, que tengas la razón y que domines mis sentidos.


Hay cierta paz familiar en tu risa en mi oído, hay cierto toque de hogar en tu voz ronca cuando estás entre dormido, hay una especie de seguridad que se siente en tus latidos y me es difícil dudar de tu bondad, como si realmente fuese algo que me pudieras otorgar.

¿Cuándo se hizo tan extraño tenerte cerca de mí? ¿Cuándo se supone que te fuiste si te siento siempre aquí? 


Podrían pasar mil años que mi alma te reconocerá, podrían pasar mil vidas que mi corazón por ti latirá. No eres ajeno a mi vivir, no eres ajeno a mi existir, tus ojos negros que me siguen y procuran mi porvenir ¿A dónde vas cuando no te puedo ver? En realidad no lo quiero saber.


Me haces confundir terriblemente la libertad, por momentos me inunda la soledad y se dispara mi felicidad, por momentos me llena tu presencia y volar entre tus rejas me suena a la dicha eterna. 


¿Qué eres y qué soy? ¿Cómo se evita algo que surge sin control? ¿Tiene esto magia o tan sólo una elección? Si es nuestra decisión ¿Por qué nunca paramos aunque nos lo grite la razón? Me divierte tu risa y me alegra tu voz, me distrae la mente tus chistes dementes y me trae a casa los difusos ruidos a tu alrededor, me hace inmensamente feliz, algo que jamás sabré si te alegra sinceramente a ti. 


Aran Nilo


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