domingo, 24 de enero de 2021

No me estoy haciendo daño


A todos aquellos seres que aman su libertad, a todo aquel valiente que se ha recompuesto en soledad, a todos los que eligen ir solos en su andar, pero también, a todo el que cuestiona nuestro obrar, a todos los que dudan que la felicidad exista por su propia voluntad.

꧁No me estoy haciendo daño

Detengan los corazones que laten a mi andar, frenen cada mirada que me puedan otorgar, guarden sus palabras o pronúncienlas donde yo no las pueda escuchar, por favor ya no desperdicien su saliva en quien no quiere escuchar. No estoy pidiendo auxilio, yo misma me puedo salvar, no estoy pidiendo que me vean, quien ha de hacerlo lo hará, no estoy suplicando el encanto que de sus pechos puede emanar, con el mío me basta para continuar.

Dejen de mentir con sus banales cumplidos, no intenten buscar algo que no han perdido, no quieran reparar las grietas a las que he puesto oro derretido, no pretendan desear lo que nunca les será concedido. Déjenme avanzar, déjenme amar la elección que tomé y aún en la infinita soledad, aprendan a amar su propia presencia, antes de fingir querer mi existencia.

No necesito poseer otro corazón, no necesito llenar mi pecho con los latidos que un día se irán, no deseo sonreír por otro obrar que el mío propio, no pretendo sentir un abrazo en días remotos, no les pido que se queden, no les dejaré entrar. Quisiera que mis versos se escuchasen menos rudos, que quizás no fuesen pretenciosos a los ojos que los admiran ¿Cómo disculpar mi alma perdida? No tolero la mentira, la devoré muchos días, no soporto el engaño, fui su presa por años, no puedo soportar más dolor, el dolor me recorre sin piedad, no puedo darles más de mí, lo que me queda lo reservo para mí.

No me estoy haciendo daño, todo pasa con el paso de los años, no estoy encarcelando mi alma, he reparado mis alas, no estoy condenándome a la tristeza ¿No es más triste su definición de estar completos? No necesito a otros seres y eso no me hace menos dichosa, no voy por el mundo buscando un complemento, aprendí a las malas que siempre estuve completa, mi decisión no es sinónimo de infelicidad, sino de libertad. No quiero ser herida nunca más, no quiero ser partida a la mitad, arrancada de mis sueños y muerta en soledad, no quiero sentir mi alma en cenizas y mi fortaleza en la lejanía, no deseo volver a empezar una historia cuyo final acabe con mi vida, no deseo sentir dolor, pero tampoco ser quien duela.

Me fatiga el pensamiento de mis versos malinterpretados, me agota ver aquellos que juran ser un cambio en mi vida, me causa gracia y melancolía saber que no volveré a querer a nadie más en mis días, no necesito una cura, tampoco muero en agonía, creo que nunca antes estuve más viva. Me asustan las expectativas de otros, me molesta intentar cumplirlas, me desagrada no cumplirlas, siento que fijen de más y que toleran de menos, que se interesan por interesar pero que no siente un ápice de mi centro, ¿Quieren conocer la verdad? ¿Quién les ha dicho que lo lograrán?

Lo más profundo de mi ser, lo más fuerte de mi obrar, lo más puro de mi corazón y lo más inocente de mi mente, los sueños más grandes y las metas más cortas, los pesares y los alivios, los miedos y los impulsos, la esencia y la presencia, lo que me compone y lo que me agrieta, lo que soy y lo dejé de ser, lo que oculto y lo que muestro, lo que llevo y lo que dejo, lo que me hace escribir y lo que me aleja de ti, lo que me hace vivir, todo eso, cada una de esas cosas, es sólo para mí. 

Aran Nilo


Si te ha gustado podrías compartirlo con aquellos quienes puedan gozar esta lectura tanto como tú, gracias.

viernes, 8 de enero de 2021

Mi despedida nunca entregada

Escribo estos versos para todo aquel que en su afán de respuestas ha llegado hasta este rincón, ha dado con la cúspide de mis composiciones, con la parte más pura de mi ser, para todo aquel que fue exiliado de mi vida, sin una adecuada despedida.


Mi despedida nunca entregada



Lo he hecho en defensa propia, no me culpen si ha sido extremista para ustedes, no me juzguen si en mi desesperada huida he herido sus corazones, no ha sido sin quererlos, sino, sin querer. He tenido que hacerlo para salvar mi alma del cáncer, para aliviar las penas de mi corazón, he tenido que hacerlo para cerrar las puertas de la enfermedad que las presencias inmerecidas le traen a mi corazón, lo he tenido que hacer para devolverle la forma correcta al ser incorrecto, lo lamento. 


Y si por el contrario, tú has sido el responsable de mi huida, por favor diles a aquellos que busquen una respuesta, que me extrañen o se inquieten por mi partida, diles que me perdonen por el resto de sus vidas, que lamento no cumplir las promesas que les hice, pero tú me enseñaste a romperlas sin importar cuán puro fuera el corazón a quien las debiese. Por favor, pídeles perdón de mi parte por llenarlos de mi ausencia, si es que acaso lamentan mi partida de sus vidas, diles que aunque una parte de mí los olvide, vivirán en algún rincón de mi corazón, cual flama ardiente, cual recuerdo inerte que no perece en la soledad, diles que serán parte de las oraciones que nunca pronuncie, que serán parte de mis latidos y los buenos deseos que susurre cada año en silencio al dar las doce el 31 de diciembre, diles que aunque viva toda mi vida lejos de ellos, la vida les traerá algo mejor.


Pídeles perdón de tu parte también, por haberles traído dolor a sus vidas, debiste hacer de cuenta que yo no existía, debiste borrarme de tu vida, no nombrarme, no mostrarme, debiste tenerme como tu secreto si querías deshacerte de mí un día. Despídeme de ella, despídeme de sus ojos expresivos y sus palabras poéticas, despídeme de los errores que cometió y de los aciertos que te brindó, despídeme de ella y despídete del dolor que le causas cuando la hieres sin razón, haz las cosas bien, por una sola vez.


Perdón, si les he abandonado de forma abrupta, perdón si no he podido despedirme como ustedes merecían, perdón pero él me mata y me consume con su egoísmo, por favor, permítanme ser egoísta una vez a mí. Tenerles en mi vida a ustedes es tenerle a él siempre una puerta abierta, es tenerle a él un camino de regreso y yo de verdad ya no quiero que regrese, incluso si cada vez que digo esta frase me rompa a llorar, incluso si la idea de nunca jamás verlo me hace temblar, es la única forma de que yo pueda avanzar. 


Si mantengo estos lazos siempre seré una parte infeliz, si mantengo estos recuerdos siempre sufriré su traición, si no les abandono mi alma morirá esperando algo que no tiene sentido esperar, que no merece, que no vale la pena explicar, perdón, pues quiero creer que realmente me quieren, que realmente me adoran como dicen adorarme, pero él mismo ha provocado que no sea capaz de creer en más sentimiento humano que el que nace únicamente de mí, perdón, pues si me quieren como dicen, estaré hiriendo sus corazones, robándome un pedacito de sus vidas y abandonándoles cómo una vez me abandonaron a mí, lo siento, lo lamentaré toda mi vida si es así, pero prefiero una vida de lamento y soledad, que vivir en la incertidumbre de su obrar. 


Tienes la eternidad por delante, eternamente junto a otro ser, eternamente junto a la parte de ti que ocupa su pecho, que es parte de tu corazón, no guardo rencor, no temas, no guardo odio, no te preocupes, sólo soy consciente de que un adiós definitivo es aquello que debo entregarte, no un puente, no una ventana, no una excusa para tenerte de nuevo entrando a mi alma, tú lugar no es aquí, tú destino no es en mí, yo no soy en ti y aceptarlo me libera de sufrir cien años por ti.


Aran Nilo


Si te ha gustado podrías compartirlo con aquellos quienes puedan gozar esta lectura tanto como tú, gracias.

 

sábado, 2 de enero de 2021

Cáncer de alma

 

A ti, ser que siempre vuelve a mi vida con dolor, a ti, que nunca terminas de irte ni de quedarte, a todos los recuerdos que componen tu existencia y a todo el dolor que supone en mi vida tu presencia.


Cáncer de alma


A veces cuando escucho canciones, diferentes canciones, siempre escucho miles de mensajes que alguna vez te dije, que alguna vez quise escucharte decir, que alguna vez debería decirte, que quizás nunca escuches de mí. Nos hemos despedido infinitas veces, en el fondo de mi corazón siempre guardando la esperanza de tu regreso, regreso que se da, regreso que no debería desear más.


Cada vez que apareces vuelven contigo las mentiras, vuelve el dolor, la amargura y las sensaciones de debilidad, derrota, desgracia, vuelven los recuerdos que me matan y me queman, igual que antaño me quemaban las quimioterapias en mis venas, eres como un cáncer, ya enfrenté el cáncer de sangre, tú eres un cáncer de alma, me carcomes los sentimientos y me matas las esperanzas, los sueños, las fuerzas, combatirte me debilita, me empequeñece, me hace vulnerable a todo lo que me rodea, pero si ya gané una vez ¿Quién dice que no puedo hacerlo dos veces? 


Nunca antes había podido dar con una definición tan clara de lo que eres, cuando mi corazón te amaba incondicionalmente te llamó "inefable", hoy, que mi corazón dolido se rehúsa a seguir llamándote amor, puedo llamarte cáncer, siempre supe que el cáncer estaría en mi vida, pero entre tú y yo, prefiero el que nacía en mi columna e infectaba mis torrentes sanguíneos, que el que tú provocas con existir cerca mío. La cura a este cáncer es tu adiós, tu definitiva extinción de mi vida, mi memoria y mi corazón, nunca antes sentí que tendría la fortaleza de decidirlo pero no sabes cuánta paz me provoca pensar en desaparecerte a ti, a tus recuerdos, a tu familia y a tu constante presencia de mi vida, veo la paz, la libertad y un motivo para vivir esa vida que tanto he amado y deseado.


No sabes cuántas veces he sabido lo corrupto que está tu ser y al verte nuevamente de esta manera y poder definirte en mi vida, sé que lo que siempre temía es todo lo que hay, y qué, para bien o para mal, no puedo seguir negando la verdad de mis temores y aún causándome terrible aflicción, he de admitir que aceptar mis miedos es abrir también mi alma a la salvación misma. No podemos estar juntos nunca más, ni en un año, ni en 20, ni en 50, ni en la otra vida, porque simple y sencillamente nunca fue el destino el que estuviéramos juntos y, el intentar perdonarte y darte un espacio en mi corazón, sólo me deteriora, me mata y me consume, haciendo más evidente cuán necesario es para mi existir desprenderse de ti. 


Quiero vivir sin recordarte y sin recordar las cosas malas que me has causado, porque al igual que el cáncer que un día sufrí, recordarte es limitarme, las secuelas que me dejas podrían arruinarme, destrozar mi espíritu y envilecer ni proceder, pero no, no puedo permitirlo, mi corazón carece de crueldad, incluso para el cáncer que eres en mi vida, mi alma sólo desea vivir tranquila y la cura es olvidar las limitaciones que me causas, al igual que olvidé las que la leucemia me dio, al igual que sigo luchando cada día, esforzándome con orgullo. La vida que me han otorgado está llena de virtud y es mi deber vivirla con el mayor amor a mi existir, por quienes no pudieron llegar aquí, por quienes no pudieron verme crecer, por quienes no he podido conocer aún, pero nunca jamás por ti. 


Siempre he tenido la cura a la enfermedad de tu presencia, de tus recuerdos y existencia, la cura siempre fue desvestirte de los infinitos ropajes de amor que te he cubierto, arrancarte los antifaces que te he regalado y despojarte de las expectativas que claramente nunca podrás cumplir, ni para ti, ni para mí, convertirte en el humilde y carente ser que siempre fuiste, develando lo retorcido de tu vivir y siguiendo mi camino sin ningún lazo que me una a ti, sin ningún camino que te traiga a mí, porque ya no quiero que me encuentres, porque ya no quiero abrirte las puertas, porque yo no puedo perdonarte, porque olvidarte es mi mayor castigo. 



Aran Nilo


Si te ha gustado podrías compartirlo con aquellos quienes puedan gozar esta lectura tanto como tú, gracias.

¿Ya leíste este fragmento?

Baúl de dolor

  Sacado directamente del baúl olvidado de mis escritos, con unos cuantos meses de haberse escrito. No te preocupes, querido lector, mi alma...

¿Qué están leyendo los demás?