lunes, 7 de septiembre de 2020

Me aferro

 

El resultado desesperado del dolor desmedido, a la profunda agonía que me dio fuerza para seguir viva.


꧁Me aferro꧂

Me aferro con infinito fervor a los sentimientos más oscuros de mi corazón, me aferro a la ira, que poderosa me recuerda su traición, me aferro al odio que susurra malicioso en mi oído cada error que cometió, me aferro a la desdicha que me rememora de forma sincera cuántas mentiras cubrieron mi corazón y que tan hondo en mi mente caló, todo el dolor que me provocó. 
 
Me aferro a la fortaleza que me otorga la soledad, rechazando a voluntad la felicidad que otorga una buena compañía, me aferro porque duele menos la desdicha que la ilusión desecha con mentiras, me aferro y me sostengo porque está quebrada mi confianza y se derrumba entre tinieblas mi anhelo de amor, pues aún cuando nazca sincero de mi ser, volverá ingenuo a toparse con crueldad y a provocar en mí el deseo de morir. 
 
Me aferro, sí, me aferro como nunca me he aferrado a nada en mi vida, me aferro para recuperar el motivo de mi existir, me aferro al propósito que me supone demostrar mi nobleza y mi capacidad, de mantener puros mis sentimientos y no fallar, me aferro porque aferrándome a la ausencia me aferro también a la vida, porque aborrecer mi soledad solo sería aborrecer mi posibilidad de triunfar, me aferro porque cuando me destrozaron el alma, la soledad fue la única opción, la única que me recibió con sus brazos abiertos, fue el odio el único que me escuchó y respetó mis determinaciones, fue la desdicha quien comprendió cada honda decepción que me supuso entregar mi corazón, fue el rencor quien me abrazó y el orgullo quién juró que la vida sería mejor, si tan sólo me aferraba a cada trozo de agonía que se clavaba en mi interior. 
 
Tomé pues lo peor, tomé cada herida y en lugar de cerrarlas las abrí más, ahondé en mis desgracias y comprendí con gracia la gran verdad de mi sinceridad, comprendí la naturaleza maldita que me traicionó y la felicidad plástica que me impulsó, los ideales fantásticos pero no imposibles que me guiaron a aguantar, a luchar, comprendí pues que aferrarme al amor hundía mi corazón, pues estaba mal direccionada mi adoración, pues me había aferrado al ser más engañoso cuya alma se mimetizaba a la perfección, comprendí que su compañía era una condena peor que una vida entera en soledad, comprendí que un beso suyo sería recibir un toque de agonía putrefacta y estar a su merced sería perder mi propia gracia.
 
Me aferro pues, con uñas y dientes, me aferro entonces con profundo fervor, me aferro infinita al dolor y la soledad, me aferro a nunca olvidar y mi perdón no otorgar, me aferro, porque si suelto estos sentimientos será mi final, porque si perdono al ser cruel que se burló de mi verdad, entonces mi vida habrá fracaso sin igual, sin remedio y sin consuelo, por toda la eternidad.

Aran Nilo


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