A todos aquellos seres que aman su libertad, a todo aquel valiente que se ha recompuesto en soledad, a todos los que eligen ir solos en su andar, pero también, a todo el que cuestiona nuestro obrar, a todos los que dudan que la felicidad exista por su propia voluntad.
꧁No me estoy haciendo daño꧂
Detengan los corazones
que laten a mi andar, frenen cada mirada que me puedan otorgar, guarden sus
palabras o pronúncienlas donde yo no las pueda escuchar, por favor ya no
desperdicien su saliva en quien no quiere escuchar. No estoy pidiendo auxilio,
yo misma me puedo salvar, no estoy pidiendo que me vean, quien ha de hacerlo lo
hará, no estoy suplicando el encanto que de sus pechos puede emanar, con el mío
me basta para continuar.
Dejen de mentir
con sus banales cumplidos, no intenten buscar algo que no han perdido, no quieran
reparar las grietas a las que he puesto oro derretido, no pretendan desear lo
que nunca les será concedido. Déjenme avanzar, déjenme amar la elección que
tomé y aún en la infinita soledad, aprendan a amar su propia presencia, antes
de fingir querer mi existencia.
No necesito poseer otro corazón, no necesito llenar mi pecho con los latidos que un día se irán, no deseo sonreír por otro obrar que el mío propio, no pretendo sentir un abrazo en días remotos, no les pido que se queden, no les dejaré entrar. Quisiera que mis versos se escuchasen menos rudos, que quizás no fuesen pretenciosos a los ojos que los admiran ¿Cómo disculpar mi alma perdida? No tolero la mentira, la devoré muchos días, no soporto el engaño, fui su presa por años, no puedo soportar más dolor, el dolor me recorre sin piedad, no puedo darles más de mí, lo que me queda lo reservo para mí.
No me estoy
haciendo daño, todo pasa con el paso de los años, no estoy encarcelando mi
alma, he reparado mis alas, no estoy condenándome a la tristeza ¿No es más
triste su definición de estar completos? No necesito a otros seres y eso no me
hace menos dichosa, no voy por el mundo buscando un complemento, aprendí a las
malas que siempre estuve completa, mi decisión no es sinónimo de infelicidad,
sino de libertad. No quiero ser herida nunca más, no quiero ser partida a la
mitad, arrancada de mis sueños y muerta en soledad, no quiero sentir mi alma en
cenizas y mi fortaleza en la lejanía, no deseo volver a empezar una historia
cuyo final acabe con mi vida, no deseo sentir dolor, pero tampoco ser quien duela.
Me fatiga el pensamiento de mis versos malinterpretados,
me agota ver aquellos que juran ser un cambio en mi vida, me causa gracia y
melancolía saber que no volveré a querer a nadie más en mis días, no necesito
una cura, tampoco muero en agonía, creo que nunca antes estuve más viva. Me
asustan las expectativas de otros, me molesta intentar cumplirlas, me desagrada
no cumplirlas, siento que fijen de más y que toleran de menos, que se interesan
por interesar pero que no siente un ápice de mi centro, ¿Quieren conocer la
verdad? ¿Quién les ha dicho que lo lograrán?
Lo más profundo
de mi ser, lo más fuerte de mi obrar, lo más puro de mi corazón y lo más
inocente de mi mente, los sueños más grandes y las metas más cortas, los
pesares y los alivios, los miedos y los impulsos, la esencia y la presencia, lo
que me compone y lo que me agrieta, lo que soy y lo dejé de ser, lo que oculto
y lo que muestro, lo que llevo y lo que dejo, lo que me hace escribir y lo que
me aleja de ti, lo que me hace vivir, todo eso, cada una de esas cosas, es sólo
para mí.