martes, 15 de marzo de 2022

Lírica y métrica: la meta de mis letras

 



 Dos composiciones contrarias que se complementan en rima y reflexión. Sentimientos y racionalidad, balanceados en mis dedos para ofrecerles una lectura que se puede cantar en la mente y sentirse en cada vertiente de emociones.

Lírica y métrica: la meta de mis letras


Antes admito que dolía, tantas expectativas perdidas, buscando recurrentes la esperanza de la vida. La decepción tiene por premisa la caricia de la ilusión, una burbuja vagabunda que detona en el corazón, arrasa sin gracia la fe en el amor y construye en cenizas un muro de dolor. Lo que nos hiere no es más que nuestra propia necedad, la constante irreverente de buscar en otros la verdad, rectitud y lealtad, un ser irreal.

No hemos de hallar de otros lo que en nosotros mismos no está, fortaleza inquebrantable, bondad implacable. Lo que me rompe siempre es mi expectativa defraudada, náufraga entre versos, inmersa en omisión. La misión del corazón es entregarnos sin pretensión, exponer a nuestro alrededor la esencia de nuestra clemencia, por inercia descuidados, por experiencia desconfiados.

Lo que debo entregar, para cuidar de mi obrar, es el equivalente exacto de lo que se me da, la generosidad acaba por mermar la capacidad innata de disfrutar. Ser abnegados nos deja rezagados irremediables a la infelicidad, nos quiebra las alas y nos deja agonizar, inmutable la vida continúa sin cambiar, es nuestra alma quien debe evolucionar.

Revolucionar mi mente y si mienten los demás, detrás de las sonrisas encontrar el disfraz, no esperes paciente que te den un lugar, somos fichas sobrantes en el tablero de alguien más. Resígnate herramienta a una vida sin tregua, alegra perseguir sin descanso cada nueva meta. No metas emociones en lo que únicamente lleva razones, los corazones se abonan a montones.

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No quiero que mi talento siempre aflore por tus desalientos, es cierto, tus fallas se convierten en mis aciertos. Adornas mi sonrisa con tu risa y se ilumina el dorado en mi mirada, perfecto oportunista, amo de las rimas, lo que me encanta de ti es lo mismo que me lastima. Minas con prisa y pronto me aterrizas, tanta generosidad siempre viene y contamina.

Puedes dar vida a mis verdes, pero siempre ahogas mi presente. Ya no se trata de ti, se trata de la parte que te mereces, del tú en mí que te pertenece. Reflexiono y flexiono mis propias leyes, siempre beneficio al condenado a muerte, retraso y modifico tus penas, juego a Dios y tú nunca te enteras. Entrelazas tu vida enredando la mía, soy susceptible a las pequeñas alegrías, no sé yo si lo imaginas, pero incluso tú puedes perder esta partida.

¿Quién está a la cabeza? ¿Qué cabeza es la que rueda? Me temo que a veces olvido que estamos en guerra, pequeñas treguas entre tus besos y mi lengua. Mis versos eternos te recuerdan, lo que diga mi cadera se contradice con mis cuerdas. No dejaremos de ser oposición perpetua, sempiterna batalla que reemplaza la Celaya por tus mantas.

Aran Nilo


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